En el colegio de mi madre, Teresianas (y en todos los colegios de Zaragoza) durante varios años, les estuvieron mandando un mural con la fachada del seminario dibujada.
Cada niña llevaba un donativo para ayudar a la construcción del seminario.
Los ladrillos de los tejados, valían 25 céntimos de peseta. El rosetón central, donde está ahora el despacho del Sr.Belloch, costaba 25 pesetas, y la niña que llevaba eso, era una héroe. Cuando llevabas el dinero, coloreabas la parte equivalente. Es decir, si llevabas 25 céntimos, pintabas un ladrillito y si llevabas las 25 pesetas, pintabas el rosetón entero. Todo el resto de la fachada, en proporción según el tamaño: ventanas, puertas, etc...
Y cuando llegaba el 19 de Marzo, el Día del Seminario, había que tener, en cada clase, todo coloreado para contribuir a la construcción del seminario (por aquel entonces en manos de los curas).
Años más tarde, después del dinero invertido por todos los niños y niñas zaragozanos (que ahora tendrán entre 50 y 60 años), el seminario fue vendido al ayuntamiento, reformado con nuestros impuestos. En definitiva, que seguimos pintando rosetones y ladrillitos para que el alcalde tenga un despacho bien majo.
Una historia, que después de las ampollas levantadas por la reforma del Seminario, bien merecemos saber.
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